Si hay una palabra que nos define es #innovación.
¿Por qué hablamos de innovación? Una frase para definir la innovación sería trabajar en la mejora de los resultados para poder optimizar un proceso. En nuestro caso es minimizar los riesgos. Nuestro objetivo debe de ser claro, visible y medible, pero sobre todo que aporte valor añadido a los clientes. Somos defensores del cambio y de las nuevas tecnologías por eso buscamos y pensamos en nuevos modelos de negocio. La palabra “innovación” es sinónimo de novedad y optimización. Pero debemos tener en cuenta que innovar no solo significa adoptar o aplicar soluciones tecnológicas, sino que también significa innovar desde la gestión. Es necesario invertir en talento y esfuerzo para poder hacer un plan estratégico que nos permita optimizar todas y cada una de las fuentes de rentabilidad de un proyecto inmobiliario.
Por otro lado, la estrategia es muy importante, que este bien definida para llegar a la meta final. Para ello se necesita tanto una buena organización como planificación. Una vez conseguido la meta final, otro punto fuerte es la postventa ya que es igual de importante que la venta.
Trabajar con la mejora continua es fundamental y sobre todo cuando el negocio está creciendo. La mejora continua permite optimizar tiempos, por lo tanto reducir costes. Además, te ayuda a entender dónde están los puntos débiles y encontrar opciones para mejorarlos. Con esto lo que conseguimos es aumentar y mejorar la productividad.
En el sector inmobiliario, la seguridad jurídica es uno de los factores que más peso tiene. Los inversores suelen darle prioridad a esta variable.
Actualmente la sociedad es más respetuosa con el medio ambiente. Desde White Investing estamos trabajando en la sostenibilidad de nuestros proyectos. Algunos de nuestros proyectos cuentan con el certificado Breem. Este permite medir el grado de sostenibilidad ambiental en edificaciones entre otros y que además impulsa a una construcción sostenible y responsable dentro del entorno.
Cabe destacar también que desde la arquitectura hasta los acabados deben contar con una estética singular como elemento innovador. A su vez, se debe apostar por la calidad de los materiales.
Cada activo inmobiliario debe tener su propio carácter distintivo al resto, con la que cada usuario, inversor y demás intervinientes en el proyecto se sientan identificados y puedan formar parte.
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